Carlos Rodríguez Santana | |
Carlos Rodríguez Santana Estévez nació en La Habana el 21 de Julio de 1938 hijo de María Estévez Fernández y Salvador Rodríguez-Santana. Cursó su primera y segunda enseñanza en La Salle, las academias Oscar Espín y Santana y el Instituto de Marianao. Estudió Psicología en la Universidad José Martí. Viviendo muy cerca de Belén pasó un curso de Refrigeración en la Escuela Electro-Mecánica, una de las grandes obras de la orden de San Ignacio para la superación de la clase obrera cubana. Perteneció a la Agrupación Católica Universitaria donde conoció a Manuel Artime Buesa y otros estudiantes universitarios. Pronto estaba participando en la propagación de la doctrina social de la Iglesia en charlas y conferencias. Su entusiasmo y su disposición al trabajo proselitista le ganó el honor de ser uno de los fundadores de la Legión de Acción Revolucionaria (LAR) a fines de 1957. Esta organización era una opción cristiana en la lucha contra el gobierno de Batista y una de sus metas era constituir un núcleo guerrillero en la parte montañosa de Pinar del Río. Con el fin de seleccionar la zona más propicia para ese propósito un grupo de cinco miembros del LAR viajaron en Diciembre de 1958 a esa área pero se hicieron sospechosos mientras abastecían de gasolina a sus carros siendo detenidos, torturados y asesinados. Fueron Ramón Pérez Lima, jefe del grupo, José Ignacio Martí Santa Cruz Pacheco, Julián Martínez Inclán, Javier Calvo Formoso y Manuel Zabalo Rodríguez. En Octubre de 1959 los miembros del LAR, con Artime a la cabeza, se unieron a otro grupo de oficiales del Ejército Rebelde para fundar el Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) que llegó a convertirse en el más poderoso grupo anticastrista dentro o fuera de Cuba. Carlos formó parte de su primera Dirección Nacional como Coordinador Territorial a cargo de su estructuración y crecimiento en toda la isla. Se encontraba desarrollando esa misión con todo éxito cuando, llamado por Artime , viajó a Miami el 4 de Abril de 1960. El día antes de su fecha de regreso para incorporarse a la lucha clandestina se recibió un aviso urgente advirtiéndole que iba a ser detenido en el aeropuerto. En vista de esto se le instruyó que se uniera al primer grupo que iría a la Isla Useppa en Mayo de 1960 y que constituyó el núcleo fundador de lo que, meses después, sería la Brigada Invasora. A los ojos de los humanos había quedado atrás la peligrosa labor que realizaba en Cuba y a partir de ahora sería uno de los integrantes de un ejército de jóvenes voluntarios que todos creíamos tendría el pleno apoyo de Estados Unidos y que obtendría la libertad de Cuba con muy pocas pérdidas humanas. Carlos, terminado el entrenamiento en Panamá, había llegado recientemente a la Base Trax en Guatemala y el día 7 de Septiembre formaba parte de un pequeño grupo que exploraba en la selva buscando lugares aptos para el entrenamiento. Ascendían una montaña cuando se produjo el fatal accidente que lo despeñó miles de pies al fondo de un desfiladero junto a un arroyo. Evidentemente Dios tenía otros designios para Carlos, lo quería a su lado y apenas cuatro meses después de su salida de Cuba se convertía en el primer mártir de esa incipiente fuerza armada. Y cuando el 17 de Abril de 1961 se inició el combate desde barcos y aviones y en distintos puntos de la Bahía de Cochinos, todos los miembros de aquella legión de valientes llevaban en sus uniformes un escudo con la bandera de la estrella solitaria y un número: el 2506. Era el asignado a Carlos Rodríguez Santana en los registros de la Brigada. |